Almuerzo de domingo. Por Vero Mariani

¡Hola a todas! Espero que estén muy bien 🙂 Yo estoy pasando por un buen momento así que vamos a suspender un toquecito las Terapias Alternativas para bajar ansiedades… Perdón, me corrijo: en realidad este post también es sobre Terapias Alternativas, porque trata sobre aquellas cosas de la vida cotidiana que nutren el alma y te dejan hecha una seda, sin darle muchas vueltas. Paso a explicarme 🙂

Para este mes, Mariquel y Vale me invitaron a que contara cómo eran nuestras reuniones familiares de domingo… ¡y me pareció un tema divino! Amo los domingos, amo a mi familia, ¡amo encontrarme con todos todas las veces que sea posible! Y más ahora, con Dindina, Franchu, Amadeo y Dante en nuestras vidas: que la próxima generación se encuentre y disfrute me parece tan hermoso como esencial.

Pero voy a enfocar el post del mes en cómo disfruto ser anfitriona de domingo en casa. Aunque sólo seamos nosotros tres, la mesa siempre es con mantel, la vajilla combina, la pasta es casera (por otros, aclaro: una sola vez usé la Pastalinda… y hasta que no tenga mesada como corresponde, una sola vez fue suficiente, juaaaa), y la salsa la hago yo, así como la horneada de turno y en verano, la limonada frozen. Ojalá incluyera a Elsa como camarera: estoy segura que eso haría muy feliz a mi hija 😀

El domingo pasado invitamos a almorzar a mi madrina y tía Beba (¡legendaria, debería tener hashtag propio!) y a mi nonna, otra leyenda de mi familia, y de mi vida online 🙂 Mi tía quiso invitarnos la pasta: encargó un kilo de ñoquis de papa rellenos de mozzarella en Milena Pastas (paso el dato porque es para tatuárselo: todas sus elaboraciones son increíbles), y además quiso aportar el pan. No me resistí mucho porque la tía compra en Mom & Dad (un bolichito sin vida online que queda en la esquina de Soldado de la Independencia y Jorge Newbery, La Imprenta / Cañitas), y ahí señoras, está el mejor pan de toda la Argentina. Así de rotunda me manifiesto. Y además lo trajo recién sacado del horno, ¡¡¡¡calentito, el Templo de la Perdición!!!!

Como postre horneé la torta húmeda de chocolate de Juliana López May, que publicó en su primer y tan amado libro de recetas. La hice con la mitad de ingredientes (salió perfecta, aviso por si no se animan) porque no éramos taaaantos para comer y posta cada porción rinde como panzada de realeza 😀 ¡¡¡Aaaaaaay Dios mío, JAMÁS VOY A SER FLACA!!!! (Y conste que por un menú así, no me importa jajaja). En fin: ya sabemos cuál fue el menú, pasemos a la mesa…

Vale y Mariquel me preguntaban cómo nos organizamos los domingos, y por ahora yo pongo la mesa y Dindina trata de desarmarla 😀 Se sube a mi lugar, vuelca el salero, desarma las servilletas, agarra el tenedor y se pone a hacer ruido con el plato (me rechinan los dientes de recordarlo). Cuando le pido que lo deje de hacer, se apura para meterse bajo la mesa, donde plantó bandera, designándola su guarida. Yo me persigno encomendándole a Dios que no se le ocurra tirar del mantel, y la dejo jugar tranquila mientras termino de preparar la comida.

A todo esto, Mr. P fue al Chino a comprar algo que siempre falta (es Mi Chino Boy favorito), o está haciendo zapping, saltando de una pelota que rueda a cuatro o dos ruedas, lo que esté en agenda. En otros tiempos, pre Jazmín y pre red del balcón, Mr. P hacía tremendos asados para nosotros dos 🙂 Ahora, un domingo al mes, hace kilos y kilos de milanesas espectaculares, o convierte la prepizza que compra en Good Eating en una espectacular comida bien tana dominical. Sí, él también tiene sus momentos de gloria en la cocina 😉

Volvamos al domingo con nonnis y Beba. Volvamos a la alegría que les da a ellas disfrutar a Jazmín, sus cachetes y sus ocurrencias. Volvamos a los ñoquis calientes con salsa rosa, al pan que se corta y saca humito, al brindis con limonada casera que hice aprovechando todos los limones que me vinieron en el bolsón orgánico. Volvamos a las historias de juegos en la vereda de Beba y los recuerdos de infancia de mi nonna. Volvamos a apreciar que las dos puntas de una familia conviven en el mismo tiempo, mismo espacio. Y volvamos a la sobremesa, con torta húmeda de chocolate, cafecitos y cortados. Ahora vayamos ahora al sillón, desde donde nonnis y Beba observan como Dindina y yo armamos juntas un rompecabezas gigante. Mi hija está feliz porque ya puede encastrar las piezas, mis visitas están felices porque la ven en acción con todas sus luces y alegrías, y yo estoy feliz porque estamos reunidos. Otra exitosa Terapia Alternativa…

Vero Mariani
http://www.almasinger.com/
https://instagram.com/veromarianipics/

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